Isabel Martinez

Esta castañera de 46 años originaria de Tahuamanu y de padres que migraron de Abancay (Ayacucho), tuvo que involucrarse en la actividad castañera tras un evento trágico que marcó su vida. Doña Isabel se enamoró y se casó con un castañero que dedicó toda su vida a su trabajo, pero lamentablemente en el año 2010 a su esposo le diagnosticaron una enfermedad terminal. Antes de morir pidió el último deseo de dejarle toda su concesión a su hijo Yosmer que estaba por nacer y quien ahora tiene 7 años. Lamentablemente, el día que iba a firmar su testamento falleció, pero Isabel, aun teniendo el corazón roto y llena de dolor, hizo todo lo posible para cumplir el último sueño de su esposo demostrando una gran valentía. Tras su muerte, siguió con los trámites y logró que todos los poderes pasaran a nombre de su hijo. Yosmer, que aún es un niño, creció siendo consciente del sueño que su padre tenía para él y dice querer seguir los pasos del papá que nunca conoció y convertirse en un gran castañero. Doña Isabel no recibió un adecuado entrenamiento de parte de su esposo que tomó la decisión de no involucrarla en tareas que fuesen tan duras y arriesgadas como la recolección y el transporte de las pesadas barricas de castaña (75 kg cada una). Cuando murió su marido y quedó al mando de todo, su falta de conocimientos le trajo muchos problemas y así fue como entró en depresión, enfermedad que sanó encontrando la fuerza en su hijo. Siguió adelante y obtuvo un financiamiento por empresas que actualmente la restringen con condiciones muy duras y que parecen aprovecharse de su desconocimiento. En estos últimos años obtuvo muy malos pagos por su castaña y le pagaron un precio que está por debajo del precio de mercado, perdiendo más del 50% de las ganancias. Para mejorar su condición actual, Isabel se está beneficiando del apoyo de Tejiendo Sonrisas y de más organizaciones. Ha empezado a cosechar aguaje para su propio consumo, pero está viendo también la forma de poder producir para comercializarlo a futuro. Ella espera poder seguir creciendo como empresaria y poder desarrollarse más económicamente emprendiendo más actividades siempre en un marco de respeto y cuidado del bosque y del medioambiente.